Oleee...
¡Arriba las manos! Le dijo mientras ponía la pistola sobre su sien. Sin repelar. La ató y la metió a su obscuro automóvil. Le vendó los ojos y la lanzó al asiento trasero con un azotón de puerta.
-A ver hija de su puta madre, ni me diga que pone las manos al fuego por nadie, usted está sentenciada, le dijo. De aquí no sale viva sin rescate. Y probablemente con rescate tampoco. Va a acabar hecha cachitos.
Llegó a su buhardilla, la avento y sin quitarle el lazo de los ojos y ordenó. ¡Agárrense de las manos! o les parto la cabeza.
-No se atreva a ponerme ni una mano encima, gritó de desesperación. La mano es lo que menos importa y la pistola me queda más cerca. Usted me da lo que yo necesito, yo le doy lo que usted no necesita y estamos a mano.
Y esto no es un juego, aquí no va a haber mano negra. Le aseguro. Pregúntele a sus compañeros de oscuridad. Muy pronto su última voluntad va a ser morirse.
Crees que te conoces como la palma de tu mano, pero cada vez que te corte en cachitos te vas a conocer menos. Tú dame argumentos y yo me pongo manos a la obra, mamacita.
Ándale puto, échame una mano porque si no te mato. Aquí todo es con mano dura y nada de "me lavo las manos". Aquí no se muerde la mano que le da de comer.
No se hagan los tontos o me los pongo a mano.
Dicen que lo primero que creó Dios fue la luz. Porque lo demás estaba revuelto. Hasta ella. Extraño, pero ese tal Dios creó también el principio, la creación misma, lo armó con palabras, verbos, ecos en acción que no habían sido creados antes. Entonces, si Dios creó la luz con palabras, ¿las palabras crearon a Dios o ésas ya venían con todo y lo revuelto? ¿Cómo crear la luz al principio si hace falta crear la creación y el principio mismo?
Yo no quiero que pienses tanto, Cumbiera intelectual... Mejor dame dame dame todo el power. Es que si no es ahora, ¿será mañana? Ay nena, si tú no estás dame una razón para no morir lento. Ojos de inocente, ¡corazón que miente! Suavemente, bésame. Chiquilla, ¡te quiero!, mi princesa tibetana. Estoy tratando de decirte que... soy, el rey tiburón, que estoy ahogado en un bar. Señora de las cuatro décadas, dime que no, lánzame un sí camuflageado. Qué bellos son tus ce... de hombre. Perdóname si te nombro mi muñeco de papel. ¿Será tu sonrisa?
Te lloré todo un río, si tuviéramos alas, ¡vuela, vuela! o corre por el boulevard.
Nada te llevarás cuando te marches porque me gusta todo de ti. Yo sin tu amor, me volvería loca...
Quisiera ser un microbito que habite en tu piel, mi pobre muñeca fea. Que te ruegue quien te quiera. Pobre niña rica, si yo tuviera una escoba, ¿cuántas cosas barrería?
Las piedras rodando se encuentran, juntos ir cambiando el destino, porque eres tú mi sol, la fe con que vivo.
Ya no responde ni al teléfono. Te quiero para mí. Mi trébol de buena suerte.
No culpes a la noche, cuando la luna se pone re grandota como una pelotota y alumbra... la calle de las sirenas. ¿Me convierto en marciano?
No rompas más mi pobre corazón de melao. Reina de corazón. Vuelve, que sin ti la vida se me va. Si una vez dije que te amaba hoy me arrepiento, perra arrabalera, porque este amor es cosa de ayer.
Regresa a mí, no digas que esto terminó, yo no te pido la luna...
Tus ojos son eso que me vio nacer. Que se iluminó con chispas la primera vez que dije papá. Que lloró hasta terminar de llover el día que murió mi abuelo. Que se plagaron de emoción cuando vieron caminar a mi hermano o cada pedazo de una escultura que construiste, con sólo verla desde antes, con sólo verla de lejos, desde el alma. Eso, tus ojos, tu mirada, tu forma de ver, de verme, de quererme. De enojarte, de amar, de sonreir, de decir...
Eso son tus ojos que nunca se pierden. Por favor, nunca.
No se te olvide el anticongelante
Se te puede desvielar el corazón.
Mi abuelo tenía una cicatriz que se convirtió en la señal de no regresar a Polonia. Mi espalda refleja otra en donde me convertí en héroe al salvar a mi hermanito de una gran ola que también arrasó con mi sirenita de juguete que, por el miedo no pudo nadar. Ulises presumió la suya y así reconquistó a Penélope, su eterno amor. Mi pierna tiene otra que siempre me recuerda sentarme bien en los autos. Seguro, las cicatrices son memoria pero... ¿qué pasa si tu memoria huye?, ¿sí tu cabeza decide dejar de recordar las cicatrices y las historias dejan de cicatrizar?
El otro día descubrí que por más años de ortodoncia no me gusta mi sonrisa. La siento forzada y es real cuando no la busco, cuando ella decide si aparece o no.
Dicen los que "saben" que una sonrisa sutil es la mejor arma para vender, pero cada vez que pienso en eso frente a un cliente todo sale forzado. A veces, he llegado a pensar que mi sonrisa no existe. Es una ilusión. Como si ella me dominara a mí. En serio, para vender una sonrisa es demasiado. La sonrisa es para respirar o para amar, no para vender porque simplemente ella nos decide y se esfuma entre los dientes.
Al parecer llevo semanas enojada con los medios electrónicos (aunque no pueda vivir sin ellos). Es extraño que con cada nuevo gadet la gente se revoluciona y si los básicos como el celular o el internet no te sirven se pierde la manera de comunicarse.
Llevo días esperando la llamada de una entrevista de trabajo y justo ayer se descompuso mi celular. Oh no, caos, puedo perder una oportunidad valiosa porque al rey teléfono se le ocurrió no tener señal y no hay nada que hacerle. Y ni modo, un aparato decidió por mí.
Admito que ayer, mi celular decidió mi plan de vida, había que ir hasta casa del demonio a arreglarlo con un tipo que casualmente se llama "Marco", esperar horas para que al final la resolución sea que el mágico aparatito decidió no tener señal y punto. Enrrutar uno nuevo, cambiar toda tu agenda de lugar y esperar que el nuevo decida no descomponerse en dos semanas. Ahora como bien decía Cortázar "tú no eres el dueño del celular, el celular es dueño de tu vida".
La onda de la Blackberry va en ascenso. Según esto todo se resuelve con esa maquinita y tus diez deditos. Pero la realidad es que ahora ya no eres tú el que controla al dispositivo móvil, el dispositivo móvil te controla a ti.
De ser una inofensiva morita negra, la Blackberry se ha convertido en la ofensiva de todos los adictos. Los engaña haciéndolos sentir que ella es lo más útil que han encontrado en la vida y que todo se puede hacer a través de ella. Pero ¡oh sorpresa!, ella, la morita, cumple todos sus caprichos a través de los dedos de millones de personas.
No es casual que las malas lenguas cuenten que en los viejos viejos tiempos, la Blackberry era esa enorme bola que le ataban a los presos para que no se fugaran. Ey, portadores de Blackberries, ¿se sienten presos?, mándenme un mensaje a través de su Blackberry.
De verdad no entiendo cómo alguien decide hacerse "señorcito o señorita de Telemarketing". Son entes extraños que habitan entre las líneas telefónicas y la mayoría de las veces escuchan el mismo pretexto.
-¿Bueno?, ¿se encuentra la señorita Karin Paulina? o ¿Paulin Karina?, la llamo de seguros Bancomer para venderle lo mismo de siempre, eso que nunca me ha comprado...
-No no se encuentra, mmmh, habla su hermana perdida porque ella no le quiere contestar, llámela más tarde.
Y aún así llaman más tarde. No sé, tal vez el dicho de que el que persevera alcanza tiene algo de razón, ¿o no?
Es como empezar de nuevo. Un lenguaje distinto. Pero qué chido.
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