Extrañezas de la comunicación


Hoy en día, saberse comunicar es todo un arte. A veces es aprender a vivir en un universo insólito.

Ayer, intentaba llamar a una amiga, de ésas que tienen el celular último modelo pero nunca contestan. Le marqué a su casa pero nuestra heroica compañía de teléfonos cuestionó mi lógica: El número que usted marcó no existe, favor de verificarlo, gracias. A ver, a ver, vamos por pasos: el número que marqué no existe, ¿entonces cómo lo marqué? Y si no existe, ¿cómo lo verifico?  Todo un cuestionamiento existencial.

Le mandé un mensajito al celular pero obviamente ni le llegó. Nuevamente la presencia de la Ley de Murphy, porque eso de los mensajitos es todo un tema: para escribirlos se requiere una agilidad manual que ningún adulto mayor de 50 años podría adquirir, cuando te urge contactarte con alguien se te acaba el crédito y aunque tu celular esté descompuesto, el mensaje que siempre llega es el de tu jefe pidiéndote que te regreses a las diez de la noche, como por arte de magia.

Me impresiona cómo los teléfonos celulares y los medios electrónicos han cambiado nuestra manera de vivir. Puedes estar en una comida con amigos que no has visto en años, frente a frente, con los chismes que  ansiabas saber desde hace tiempo y si llega una llamada todo se paraliza. Tras el proceso de encontrar el celular dentro de la bolsa es indispensable contestar, sea quien sea, porque la curiosidad no puede esperar.

Estas extrañezas han logrado cambiar hasta nuestra forma de ligar y tener un date. Ya no hay manera de quedarse sentada esperando una llamada por horas en casa (aunque todas digamos que nunca lo hicimos). Tampoco los hombres pasan días frente al espejo practicando el ¿bueno?, ¿podría hablar con..? Ahora, es chamba de cinco minutos, agregas a la chica en cuestión en el Messenger y hasta ves sus fotos en Facebook. El emoticon es una manera de contacto y con sólo un click puedes bloquear a cualquier insistente. Además, con un solo vistazo sabes si la candidata está casada, divorciada, en búsqueda o en conflicto.

¿Quieres mostrarle tu talento o tus altos índices de popularidad? Sólo hay que enterarla de tu gran récord en el juego de la granjita o en tu conteo de besos. O por qué no, ¿quieres borrar a alguien de tu vida? Sácalo de Facebook.

Babel.net

Esto del Internet si no estás en onda, como bien decimos, no es nada fácil, hay que entrar en la Babel de los idiomas, aprenderse términos que cualquier día de la semana harían enojar a los abuelos de la Real Academia de la Lengua Española.

Ya no entras ni accedes, accesas. Si te urge encontrar a una persona, la solución es ver si alguien de tus contacts lo tiene; para enterarte de las últimas noticias al instante hay que seguir el Twitter, y ya sabes, si te taggean hay dos opciones: que te veas súper linda en esa foto o que te conviertas en el Shrek del Facebook hasta que taggeen a alguien más con una imagen menos favorecedora que la tuya.

Así que cibercuates, me desconecto. Pero cualquier cosa mándenme un mail (o escríbanme en mi muro o qué tal un comment en este blog).

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1 comentario:

Unknown dijo...

Espero no haber sido esa amiga perdida.

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