Juego de manos es de villanos

¡Arriba las manos! Le dijo mientras ponía la pistola sobre su sien. Sin repelar. La ató y la metió a su obscuro automóvil. Le vendó los ojos y la lanzó al asiento trasero con un azotón de puerta.
-A ver hija de su puta madre, ni me diga que pone las manos al fuego por nadie, usted está sentenciada, le dijo. De aquí no sale viva sin rescate. Y probablemente con rescate tampoco. Va a acabar hecha cachitos.
Llegó a su buhardilla, la avento y sin quitarle el lazo de los ojos y ordenó. ¡Agárrense de las manos! o les parto la cabeza.
-No se atreva a ponerme ni una mano encima, gritó de desesperación. La mano es lo que menos importa y la pistola me queda más cerca. Usted me da lo que yo necesito, yo le doy lo que usted no necesita y estamos a mano.
Y esto no es un juego, aquí no va a haber mano negra. Le aseguro. Pregúntele a sus compañeros de oscuridad. Muy pronto su última voluntad va a ser morirse.
Crees que te conoces como la palma de tu mano, pero cada vez que te corte en cachitos te vas a conocer menos. Tú dame argumentos y yo me pongo manos a la obra, mamacita.
Ándale puto, échame una mano porque si no te mato. Aquí todo es con mano dura y nada de "me lavo las manos". Aquí no se muerde la mano que le da de comer.
No se hagan los tontos o me los pongo a mano.

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