Acostumbrarse

Y sí. Nos la pasamos hablando de la gran zona de confort. Donde nos sentimos cómodos y de pronto dejamos de crecer. Avanzamos y en el momento en el que llega la costumbre todo se detiene. Como un reloj sin tiempo.

Pero ojo, hablar de la zona de confort también es una costumbre. un cliché, un terreno más pisado que los centros comerciales en fin de semana.  Pero a pesar de eso nos da miedo salir de ella (especialmente a mí).

No hay remedio poruque por más que huyas, un día, te levantas y si no es por fuerza es por deseo. Descubres que todo se ha movido, que las cosas que creías estáticas y plenamente definidas ya ni siquiera existen y que para caminar hacia adelante ya no hay costumbres. Hoy me queda claro que para subir las escaleras no hay que hacerlo todos los días igual porque de pronto las estamos bajandoy ni siquiera nos damos cuenta. No hay certezas, hay pasos por dar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un brindis por salir de la zona de confort.Salud.

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